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martes, 22 de diciembre de 2009

"Cosas Varias"

Llevo unas semanas sin escribir nada en el blog, y he de deciros que lo siento, pero quería y debía disfrutar de unos días de vacaciones con mi familia.

Durante estas semanas, he seguido contestando los comentarios que me hacéis tanto en el blog, como vía mail. A este respecto quiero agradeceros vuestra colaboración imprescindible en este proyecto, pero también comentaros que siempre que podáis me hagáis las consultas en el blog, ya que si no se pierde esa información para el resto de las mamás.

Y en fin, como no he podido contestar a la mamá de Claudia por problemas técnicos, tras sus dos últimos comentarios, voy a hacer una entrada con cosas varias que han ido surgiendo estos días, para hablar después de Las Grietas, en una próxima entrada estas Fiestas Navideñas, en honor a todas las mamás que seguís con la lactancia pese a este enemigo doloroso y terrible, y en especial en honor a la mamá de Elena, a la que mando un beso enorme.

Vamos con la mamá de Claudia, que me preguntaba cómo podía hacer para que la niña cogiera el chupete.
Os comenté hace un tiempo en "El Chupete y la Teta", que ambos no tenían porqué ser enemigos ni incompatibles, pero que tuviérais precaución, y sobretodo no lo usárais en las primeras semanas, ya que podría interferir en el correcto desarrollo de la lactancia por varios motivos (ver "El Chupete y la Teta"). A esta mamá le han aconsejado ahora que la niña coja el chupete porque si no puede que no quiera comer de biberón más adelante.

Sinceramente, yo no entiendo muy bien esta premisa. He conocido multitud de bebés, que no quieren el chupete, y toman el biberón sin ningún problema, pero incluso si esto fuera cierto... ¿¿cómo se supone que vas a mantener un chupete en la boca del bebé si no lo quiere??. Está claro, que el bebé que no quiere chupete, no lo quiere, y lo único "malo" es que sus papás tendrán que aprender a calmarlo de otras maneras. No hay más historia.
Asi que a este respecto, mamá de Claudia, yo estaría tranquila. Aunque he conocido algún caso de rebeldía extrema, normalmente los bebés al tener hambre y no estar la mamá, toman el biberón aunque cueste un poco al principio, y sobretodo a la edad que tiene tu bebé, no creo que tengas mayor problema. Si lo tienes dímelo.

En cuanto al tema de la depilación laser, no me consta en el momento actual contraindicación para la misma, mientras que no tomes ningún fármaco para someterte a ésta. Si queréis consultar la seguridad del uso de fármacos en la lactancia no olvidéis el enlace www.e-lactancia.org donde podéis consultar en tiempo real cualquier duda a este respecto.

En cuanto a algunas dudas con la extracción de la leche, deciros que sí podéis almacenar la leche de ambos pechos en la misma bolsa, sólo se recomienda actualmente no mezclar tetadas. Una tetada es la producción de leche en un momento determinado por ambos pechos, y que el niño toma de una vez, por lo que no hay problema en guardar junta la leche de los dos pechos. Y el hecho de meter la leche en un tupper en el congelador, ayuda más que nada a que no varíe la temperatura de congelación cuando usáis el congelador para coger otros alimentos, pero obviamente, cuando tengáis que meter más leche tendréis que abrir el tupper.

Y por último, con respecto a la cantidad de leche que ingerirá Claudia a los 5 meses, puede ser muy variable. Pero mamá, no te agobies, si ya pasa de los 5 meses, puedes llevarle un puré de verduras a la guardería y que luego le den el biberón con 75 ó 100 cc. de tu leche de "postre", y estará perfectamente alimentada.

Os recomiendo a todas las mamás el manual para la alimentación complementaria que podéis encontrar en la página del Comité de Lactancia Materna de la AEP (Asociación Española de Pediatría), en el link documentos de interés de la web www.aepap.org.

Pronto hablaremos de Las Grietas. Y seguid cuidando de vuestros maravillosos bebés, tan bien como hasta ahora.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

El sacaleches: un amigo inseparable.

Desde los comienzos de este blog, me habéis preguntado por el uso del sacaleches. Ese artefacto aparatoso, cuyo uso al principio es complicado para muchas mamás, y que incluso da un poco de miedo, pero que para las madres que siguen una lactancia duradera y trabajan, se convierte muy pronto en su mejor amigo.

Para empezar me gustaría que supiérais que la técnica de extracción de la leche materna, se lleva a cabo de forma manual desde hace siglos.
Todavía en la consulta encuentro madres, sobretodo procedentes de países del este de europa, que manejan esta técnica a la perfección, y les es obviamente más económica que el sacaleches como tal, si bien al usar las manos para la extracción, corremos el riesgo de contaminar la leche antes de almacenarla.

Pero está bien conocer las bases de esta técnica, para momentos de urgencia, en los que no disponemos de sacaleches a mano, el bebé no está con nosotros, y tenemos intenso dolor por el acúmulo de leche. En estos momentos, os recomiendo que intentéis vaciar algo los pechos y desechéis la leche que salga (si no disponéis de medidas higiénicas adecuadas). Para esto deberéis estimular el pezón con movimientos rotatorios, como si girarais el botón de una radio, en ambas direcciones, y acto seguido tironead de él. Vais alternando estos movimientos, en ambiente relajado, hasta notar la eyección de la leche, y después debéis ayudar a la eyección con movimientos de masaje hacia el exterior. De esta manera aliviaréis el dolor en gran medida, hasta que os encontréis con el bebé, o dispongáis de un sacaleches para la extracción completa.

Pasando al uso del sacaleches, deciros que existen manuales y eléctricos, y que cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
Muchas mamás prefieren el eléctrico, ya que es más rápido al principio, pero puede suceder que no consiga vaciaros el pecho del todo, o que os produzca dolor en el pezón si sois sensibles a este respecto.
El manual, al inicio es algo más complicado de usar, pero al coger un poco de práctica, consigue vaciar la mama mejor, vosotras controláis la presión con lo que el dolor es mínimo (no más que el que produce el bebé al inicio), y nunca se le acaban las pilas ni necesita enchufe.

Tanto el manual como el eléctrico, son más eficientes si van conectados al recipiente definitivo, es decir, que la leche extraída del pecho va cayendo en un recipiente que luego servirá para almacenaje, y después como biberón. De esta manera se minimiza la manipulación y posible contaminación de la leche.

Para la conservación de la leche materna, los tiempos son variables, pero se suele aconsejar un máximo de 1-2 horas a temperatura ambiente (si no hace mucho calor), unas 24-36 horas en la nevera (al fondo, nunca en la puerta), o si no, podéis congelarla. Según el congelador que tengáis en casa, durará entre 3 y 6 meses, pero para uno de cajones tipo cofre puede durar hasta 6 meses. Os aconsejo que metáis los recipientes SIEMPRE CON LA FECHA y dentro de otro recipiente a parte, por ejemplo, podéis meter los botes o bolsas de leche en un tupper-ware cerrado y éste en un cajón del congelador. Así si abrís el cajón, no variará apenas la temperatura en el tupper.

NUNCA debéis mezclar tetadas. Es decir, si os sacáis leche un día y sólo conseguís 20cc, los congeláis así. Más tarde los podéis usar para hacer una papilla de cereal sin gluten al iniciar la alimentación complementaria, o si ya está con cereales podéis batir la fruta con estos "culines" de leche, y les gustará más. Si al descongelar, necesitáis varias bolsas para una toma completa, las juntáis en el momento de dársela, una vez caliente. Y recordad, la leche materna no se puede calentar en el microondas, sino al baño maría o en calientabiberones. De esta manera no se pierden las inmunoglobulinas de la leche (las "defensas").
Una vez descongelada la leche y caliente, lo que el bebé no se tome hay que desecharlo.

Y para el transporte, existen en el marcado múltiples bolsas isotérmicas, de forma que podéis sacaros la leche en el lugar de trabajo, mientras hacéis un descanso de 10 minutos, guardarla en la nevera, y transportarla a casa de forma segura. Una vez en casa ya la podéis congelar.
Un apunte: probad la leche siempre antes de dársela al bebé. Aún con todas las medidas de seguridad, podría agriarse. O si el bebé la rechaza, no insistáis. Deberéis desecharla.

En cuanto al momento ideal para la extracción, depende exclusivamente de vosotras.

Podéis sacaros leche cuando queráis, entre tetadas, o si el bebé por ejemplo, sólo toma un pecho pues os sacáis el otro. En este caso, la siguiente toma del bebé la iniciais poniéndole al pecho en el que usasteis el sacaleches (ya que nunca vacía tanto un sacaleches como el bebé).
No os preocupéis si os sacáis la leche, y a los pocos minutos el bebé os pide mamar. Le ponéis al pecho y punto. Puede que al principio se enfade un poco, porque el remanente de producción lenta se lo ha llevado el sacaleches (ver la entrada "Por qué tenemos dos pechos"), pero la leche se produce en el momento, durante la tetada, y enseguida el bebé se calmará y succionará con normalidad. Tened paciencia, e intentad relajaros siempre que el bebé se ponga nervioso en el pecho.
De todas formas, es mejor intentar no sacar la leche cuando falte poco (o así lo creáis) para la siguiente toma del bebé.

Antes de terminar, advertiros de un peligro. Hay mamás que no quieren dar el pecho en público por pudor, y que a su vez no quieren estar en casa encerradas, y prefieren salir a pasear y mantener una vida social activa. Esto es perfectamente respetable, pero debéis saber que es muy difícil que de esa manera se pueda mantener una lactancia duradera. Si al nacer el bebé, abusáis del sacaleches (sin darle tomas al bebé directamente del pecho, me refiero), como el sacaleches no vacía igual que el bebé, vuestro pecho no producirá toda la leche que vuestro hijo necesita, y podéis correr el riesgo de caer en los "refuerzos" de biberón, ya que se quedará con hambre, desembocando en la mayoría de los casos en el fracaso de la lactancia materna.
He conocido madres, que han conseguido dar leche materna a sus bebés, exclusivamente con sacaleches, durante algunos meses (y desde aquí las saludo con admiración, porque se merecen un gran elogio por ello), pero esto no es lo habitual, y aún así casi ninguna consigue después una lactancia duradera.

Es decir, el bebé (sobretodo el primer mes), debe mamar de su madre, y a demanda, y si os sacáis la leche entre tomas, fenomenal, ¡¡pero para usarla más adelante!!. Existen muchos trucos para dar de mamar en lugares públicos sin pudor (por ejemplo usando una toquilla sobre el hombro, y dando al bebé el pecho debajo de ésta), y por fortuna, muchos sitios disponen ya de salas de lactancia donde podéis ir a un apartado privado y dar de mamar.

No dudéis en preguntar, estéis donde estéis por la sala de lactancia. Y si no disponen de ella, solicitadla por escrito. El bebé tiene derecho a mamar de su madre, de forma exclusiva, hasta los 6 meses de edad. Así que luchemos por sus derechos.

jueves, 22 de octubre de 2009

El chupete y la teta

Una de vosotras, me ha consultado recientemente acerca del chupete, y creo que va a ser de utilidad para todas explicar cómo funciona la succión y las diferencias entre: El Chupete y La Teta.

En muchas guías de puericultura se desaconseja el uso del chupete durante las primeras semanas, ya que puede interferir con la lactancia. Sobretodo durante los primeros 15 días de vida del bebé.

Esto es cierto, al menos en parte, y tiene su explicación.

El bebé no succiona igual la teta y el chupete.
En el pecho el bebé coloca la lengua de forma que adopta una posición como un embudo, masajeando la zona alrededor de la areola, y vaciando así los canalículos de forma efectiva. No comprime el pezón con las encias ni tira del pezón para succionar. Puede realizar movimientos de tironeo del pezón para estimular la eyección de la leche, pero una vez pasada ésta, mama, como os digo, con la boca y lengua en forma de embudo.
Con el chupete en la boca, el bebé succiona de otra manera, aprisionando el chupete con las encías, y sin adoptar la misma posición entre la lengua y el paladar.

Muchas mamás que usan el chupete desde el principio con sus bebés, notan que después de succionar un rato del chupete, al mamar del pecho, les provoca dolor en el pezón, como si lo mordieran o aplastaran. Y esto puede llevar a grietas en el pecho, o al abandono de la lactancia materna, ya que la madre está incómoda durante la tetada. Por no hablar, de que la lactancia con postura incorrecta desemboca en un exceso de aire deglutido, mayor frecuencia de cólicos, e intranquilidad del recién nacido... y de la madre.

Otro problema añadido, es que el bebé que tiene el chupete todo el tiempo en la boca, puede perder el interés por la succión en el pecho, ya que tiene satisfechas las necesidades de succión, pero con una succión no nutritiva.

Sin embargo el chupete tiene como ventaja, frente a la succión del pulgar, que más adelante, cuando haya que retirarlo, se podrá hacer de forma más sencilla.
Si se prolonga la succión del chupete o del pulgar más allá de los dos años de edad, pueden aparecer deformidades dentarias. De forma que habrá que retirarlo antes o después, y es más fácil retirar un trozo de látex, que un dedo propio, obviamente.

De esta manera, yo os aconsejo que durante los primeros 15 días del bebé os olvidéis del mundo, y ofrezcáis vuestro pecho al bebé cada vez que llore, sea la hora que sea, y sin hacer caso de recomendaciones externas que hagan referencia a horarios supuestos o a duraciones determinadas.
Cuando la lactancia ya esté establecida, podéis usar el chupete de forma ocasional para calmar al bebé, pero intentad no usarlo cada vez que llore. También es bueno que el bebé se calme gracias a caricias, palabras suaves, el pecho de la madre, o el regazo del papá o de todo aquel que le de amor.

En resumen, chupete si, pero con precauciones. Y si el bebé no lo quiere, no lo forzéis, aprenderá a calmarse de otras maneras.
Pero en ningún caso tengáis miedo a dar de mamar a demanda al bebé las primeras semanas, "no vaya a ser que use la teta como un chupete". El chupete y la teta pueden convivir perfectamente, pero todos preferimos un abrazo y un beso, antes que una golosina.
Aunque el bebé se calme con el chupete de forma efectiva, no os olvidéis de abrazarlo y besarlo todo lo que podáis. No os arrepentiréis.

Besitos a las mamás de Camarma. Gracias a todas por vuestras aportaciones, a veces sin ni siquiera saberlo, a este proyecto.

lunes, 19 de octubre de 2009

Por qué tenemos dos pechos

En el último comentario que me ha hecho una mamá ayer, me expone algunas dudas que me parecen básicas e importantes para todas, así que vamos a hablar de cosas importantes.

Durante los 3 primeros meses de vida del bebé, éste corre el riesgo de hacer hipoglucemias entre las tomas, y por eso os decimos que no debéis dejarle sin comer más de 3 ó 4 horas, o como otros dicen, que haga 8 tomas al día.
Esto es aún más importante las primeras semanas de vida del bebé.
Pero que no le dejéis sin comer, no significa necesariamente que le despertéis.
Debes ofrecer el pecho a tu bebé a demanda todo el tiempo, y sea de día o de noche, si tiene menos de 3 meses, y no te pide el pecho en 4 horas porque está dormido, debes ponerle al pecho, pero no hace falta despertarle en las tomas nocturnas.
Sólo en el caso de que no coja el pecho, intentaremos espabilarle un poco para que lo agarre. Pasados los 3 primeros meses, si el bebé duerme 5 horas seguidas... ¡mejor para tí! ¡Aprovecha y descansa tú también!

En cuanto al hipo, éste es un reflejo, que no molesta en absoluto al bebé, ni le produce ningún perjuicio, por lo que no debes hacer nada.
Si te agobias al verle con hipo, y al pecho se le quita, no me parece mal. Tú puedes ponerte el niño al pecho todo lo que quieras y/o él necesite, aunque haya mamado hace unos minutos.

¿Cómo hacer para que se agarre correctamente?
Os habréis dado cuenta, que os apañáis mejor siempre con un pecho que con el otro, y esto nos pasa a todas. Muchas veces no sujetamos igual al bebé con las dos manos, y en definitiva, le colocamos de forma distinta en un pecho que en el otro.
Para conseguir el mejor agarre, y evitar dolores y grietas, debéis hacer algo muy fácil, conseguir que le entre todo el pecho que le quepa en la boca. Como si se comiera un sandwich, hasta donde llegue.
Una vez sentadas o tumbadas de manera que estéis cómodos los dos, colocad una mano sujetando su cabeza, y con la otra sujetad el pecho (siempre desde abajo y desde la raíz del mismo) para darle con el pezón alrededor de la boca.
Veréis que el bebé abrirá mucho la boca, como si bostezara, pues justo en ese momento, suavemente pero con firmeza, metéis en su boca todo el pecho que le quepa. Esto significa, que si la areola es pequeña entrará más que la areola, pero si es muy grande, no entrará esta entera.
De esta forma el agarre no será doloroso, aunque siempre es molesta la primera eyección de leche, luego la tetada debe ser indolora, e incluso placentera.

Y nos acercamos a uno de los temas más importantes de hoy, ¿por qué tenemos dos pechos?.
Pues obviamente, para poder amamantar a dos hijos.
Esto, que parece una perogrullada, no lo es tanto, ya que muchas mamás se empeñan en que sus bebés se coman los dos pechos para que se sacien más.
Pero el pecho no funciona así. Pensad en las mamás que tienen gemelos, cada uno de los hermanos toma sólo un pecho en cada tetada.
Además, muchos bebés sólo toman de un pecho cada vez, y reflejan un crecimiento y desarrollo adecuados (no todos los bebés comen las mismas cantidades, ni todos los pechos son iguales).
Durante la tetada la leche que sale del pecho va cambiando de composición.
Al inicio de la tetada, la primera eyección, es prácticamente agua con azúcar.
Después el contenido de la leche se va haciendo más proteico, y cuando el bebé está finalizando la tetada, es cuando mama más activamente y con más esfuerzo, para sacar la leche que queda al fondo de los conductos, que es la más grasa y saciante.
Por esto, un bebé que vacía bien un pecho, se quedará más saciado, que si toma el inicio de los dos pechos.
Y en cuanto al tiempo, por favor, ¡¡OLVIDAOS DEL RELOJ!!. Es muy variable lo que un bebé de pocos días puede tardar en comer. Y que esté más o menos tiempo en el pecho, no refleja que haya comido más o menos cantidad. Esto depende de muchos factores, y no debéis agobiaros con este tema.
Es decir, dejad que el bebé acabe la tetada de un pecho, hasta que se suelte por si mismo. Si ya no quiere el otro pecho, no pasa nada, en la siguiente tetada ofrecedle el que no se comió la última vez.

Y recordad algo muy importante, el mejor marcador de que el bebé está comiendo bien, no es el peso que gane, sino los pañales llenos de orina.
Pensad una cosa, ¿de dónde saca el bebé la orina, si sólo le dais pecho? Pues de vuestra leche. Cuanto más orine, es porque más líquido ha ingerido.

Ánimo a todas, y preguntad todo lo que queráis saber. Así aprendemos todas, unas de otras.

sábado, 3 de octubre de 2009

"Tuve un accidente, y la leche se me cortó"

Muchas de vosotras me habéis comentado en la consulta frases como ésta: "...tengo una amiga que, después de un atraco, no volvió a tener leche...", o "...me han dicho que si te dan un susto, te puedes quedar sin leche...", o la que da título a este capítulo "...tuve un accidente, y la leche se me cortó...".

Pues bien, todas estas afirmaciones encierran algo de verdad, y su explicación se debe a un fenómeno hormonal y fisiológico del cuerpo de la mujer.

Durante la lactancia, al succionar el bebé del pecho de la madre, se produce un estímulo que hace que se secreten ciertas sustancias en el "cerebro" de la mujer, y éstas a su vez, provocan la eyección y producción de la leche. Es por este fenómeno, que al poner el bebé al pecho, tardamos unos segundos en notar esa eyección fuerte con salida rápida de leche, al inicio de la tetada.

Además, el hecho de estar cerca de nuestro pequeño, de su olor, al observarle, con toda la ternura que nuestro bebé es capaz de evocar en nosotras, se potencia mil veces esa producción hormonal.

Pero, ¿qué sucede en épocas de estrés, de extremo cansancio, o ante situaciones especiales de mucha tensión?. Que otras sustancias "cerebrales" relacionadas con el estrés, inhiben a las mencionadas anteriormente, y no se produce la eyección de leche con tanta facilidad.

Y cuando esa mamá (que está asustada, nerviosa, triste, o bajo mucha presión), se pone a su bebé al pecho, y nota que el bebé se irrita y llora, e incluso rechaza el pezón, porque no se produce la eyección que él espera, se pone aún más tensa, y más nerviosa, dando paso a un círculo vicioso, del que es muy difícil salir.
Muchas mamás en ese momento, piensan que se han quedado sin leche, y temiendo que su bebé pueda pasar hambre, deciden empezar a darle el biberón con leche adaptada. Esto lo que provoca, como vimos en otros capítulos, es que el pecho no sepa cuánta leche está tomando el bebé, y produzca menos leche, necesitando entonces más leche adaptada para saciar al bebé, y desembocando en muchos casos, en el abandono final de la lactancia materna.

Os preguntaréis entonces: ¿es esto inevitable?, ¿si estoy muy cansada o estresada, no podré dar de mamar a mi bebé?; Por supuesto que no es inevitable, podemos darle de mamar.
La mayor parte de las veces, el problema es fácilmente solucionable.

Lo que suelo recomendar a las mamás, y lo que les funciona mejor, es entender que el momento de dar el pecho a sus pequeños, es sagrado, sobretodo en estos supuestos de los que estamos hablando. Debemos acomodarnos junto al bebé, en un lugar agradable y tranquilo, lo más desnudos que podamos, "piel con piel" si es posible, y al ponernos a nuestro hijo al pecho, le acariciaremos la cabecita, las manitas, los pies.. y pensaremos sólo en él.
Intentad recordar momentos de ternura intensa que hayan sucedido con anterioridad: el momento después del parto, el primer contacto visual, su primera sonrisa..., o simplemente concentraos en él, y sin apenas daros cuenta, la leche estará saliendo a raudales de vuestros pechos.

Esta técnica, es también aplicable para las mamás que tienen que utilizar un sacaleches, por diversos motivos, y les cuesta esa primera eyección. Tenéis que relajaros, e intentar visualizar a vuestro bebé, recordar su olor... y si os cuesta, poned una foto delante vuestro, veréis el efecto que produce.

En algunos casos no es suficiente con este método, ya que existe la posibilidad de que os encontréis ante una patología que dificulte la lactancia, y que sea subsidiaria de un tratamiento farmacológico, pero no olvidéis nunca que muchos fármacos son compatibles con la lactancia, y que deberéis consultar con vuestro médico, si os encontráis ante esta situación, para conseguir un tratamiento adecuado que no interfiera con la seguridad para dar de mamar a vuestro hijo.
En la web, www.e-lactancia.org, podéis consultar según el fármaco que os prescriban, y saber si es seguro tomarlo en la lactancia.

Recordad: miradle, tocadle, pensad en el bebé, y sólo en el bebé. ¿Acaso hay algo en este mundo, que no pueda conseguir una caricia?.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Los comienzos nunca son fáciles

"Nos ponen a nuestro bebé en el regazo, y sientes una oleada de ternura que te inunda de pies a cabeza. Esa cosita pequeña empieza a buscar de forma instintiva, y al encontrarse con un pezón comienza a succionar. Ahí empieza todo."

Cuando una mujer da a luz, suele tener claro que es importante poner al bebé al pecho cuanto antes, y suele tener claro que tardará unos días en sentir los pechos llenos de leche.
Sin embargo me encuentro con mujeres llenas de dudas, en cuanto a todos los demás aspectos de los primeros días.
Suelen preguntarme por ejemplo, "¿cada cuánto me tengo que poner el bebé al pecho?", o "¿cuánto tiempo tengo que dejarle mamar?", o "¿cómo sé que está comiendo bien?".

Pues bien, estas preguntas tienen fácil respuesta: ponte el bebé al pecho, siempre que lo pida, y todo el tiempo que el bebé necesite. Esta es la Regla de Oro de la Lactancia Materna. Y no hay otra.
Debo citar con cariño aquí, al Dr. Luis Ruiz, pediatra de prestigio al que conocí en el Valle de Arán, el cual nos comentaba durante unas charlas sobre lactancia materna: "El pecho de la mujer, es la mejor cuenta bancaria que existe, porque cuanto más sacas, más hay, y además nunca se acaba".
Y no hay en mi opinión nada más cierto.

Aunque no sería justo seguir con este blog, sin deciros que la persona a la que le debo todo con respecto a mi excelente experiencia personal, y con respecto a mi inquietud profesional en relación con la lactancia, es mi primera matrona, Sara, mujer sabia, que me enseñó todo lo que necesitaba saber en los primeros momentos, y me apoyó día tras día al dar a luz a mi primera hija. Gracias Sara.

Pensad una cosa, el pecho de la mamá y el bebé están conectados, de manera que el pecho producirá la cantidad de leche que el bebé necesite, pero para eso debemos dejarle mamar a su aire. Debemos dejar que el bebé se sacie al pecho, se suelte por si mismo, sin horarios y sin prisas.

Y no debéis preocuparos en exceso por el peso del bebé, actualmente se acepta que el mejor marcador de una lactancia correcta, no es tanto el peso que gane el bebé, sino la cantidad de orina y heces que produzca vuestro hijo. Si el bebé moja los pañales de forma abundante, y realiza deposiciones con normalidad, es que está comiendo bien.

Hablaremos otro día de la postura, de cómo sube la dosis de pecho el bebé, hablaremos de muchas cosas... Pero para todas aquellas que os encontrais en los primeros días, OLVIDAOS del reloj. OLVIDAOS de la casa y las visitas, poned a vuestro bebé al pecho cada vez que lo pida, y disfrutad de esos momentos.

Los comienzos nunca son fáciles, nadie nos ha enseñado en la escuela cómo dar de mamar, pero podemos aprender, de nuestras madres si ellas dieron el pecho, de nuestras hermanas o amigas, de nuestras matronas... En resumen, aprendamos unas de otras, como se hacía hace años. Y no tengáis miedo de preguntar. A veces una duda que nos parece muy grave, se resuelve con una respuesta muy sencilla. Y así podemos seguir adelante con esta maravillosa aventura.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Bienvenida

Hola, os doy la bienvenida a todos a este blog, que nace como respuesta a una necesidad que se topa conmigo cada día en la consulta.
He iniciado esta aventura, sin saber muy bien a dónde me llevará, pero con una meta muy clara y concreta: ayudar a todas las madres que quieren dar el pecho a sus hijos.
Sé por experiencia propia, que todas las madres tenemos dudas, que los primeros momentos son duros, y que solemos encontrarnos con información contradictoria a la hora de dar el pecho a nuestros hijos. No sabemos muy bien cómo se hace eso de "dar el pecho".
Y también sé como médico, que "La Leche de Mamá" es, no sólo el mejor alimento que podemos ofrecer a nuestros pequeños, sino también el mejor legado que podemos dejarles.

Es por esto que, cada día en la consulta de pediatría que llevo en un pueblo de Madrid, me esfuerzo por hacer que las mamás tengan toda la información en sus manos, y toda la seguridad en ellas mismas, para que consigan una lactancia feliz y satisfactoria, que es el fin último de todos mis esfuerzos.

En este blog, os iré contando cosas acerca de esta maravillosa forma de vida, que empieza el día que te encuentras con tu bebé, y te lo pones al pecho, por primera vez. Esta forma de vida que es la lactancia materna, y que debería durar al menos, según la OMS (Organización Mundial de la Salud), 6 meses de forma exclusiva, y 2 años junto con la alimentación comlementaria.
¿Creeis que no se puede conseguir? Se puede. ¿Creeis que sólo unas pocas madres pueden hacerlo? Veremos que no es así.
Veremos juntos que es más fácil de lo que parece dar de mamar durante dos años, pero es más duro de lo que te esperas el empezar a hacerlo.
Por ahora sólo os adelanto algunas cosas, siempre refiriéndome a mamás y bebés sanos: TODAS las madres tienen leche, TODAS las leches son buenas, y TODAS las mujeres pueden dar de mamar.

Hacedme comentarios y preguntadme lo que queráis, poco a poco iré contestandoos, e iremos aprendiendo juntos todo acerca de "La Leche de Mamá".